El
toro de lidia, también denominado
toro bravo, designa a los especímenes macho de una heterogénea población
bovina[1] desarrollada, seleccionada, y criada para su empleo en diferentes
espectáculos taurinos, como las
corridas o los
encierros. Proceden de las razas autóctonas de la
península ibérica, conocidas como «tronco ibérico», que desde tiempo inmemorial propiciaron las formas más primitivas de
tauromaquia. Se caracteriza por unos instintos atávicos de defensa y temperamentales, que se sintetizan en la llamada "bravura", así como atributos físicos tales como unos cuernos grandes hacia delante y un potente aparato locomotor.
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